OLULA del RÍO
“la Real Cédula de 1.571”
“FELIPE II”
Concluido el éxodo morisco en la Cuenca del Almanzora cifrado según Ferre Bueno en unos 13.000 moriscos, sólo quedaron algunos cristianos viejos en las ciudades más importantes y unos pocos esparcidos por las zonas rurales. En el Valle algunos pueblos quedaron vacíos temporal o definitivamente. Vera, Purchena y Serón son las que tenían mayor número de cristianos.
En Olula, por ejemplo, apenas siguieron residiendo 3 ó 4 familias. Veinte años después del conflicto el Almanzora había perdido definitivamente el 50% de su población activa e industriosa. Este patético desierto humano dio lugar a numerosas actividades delictivas: bandoleros, escaramuzas piratas, abandono de cultivos, deterioro de las casas, árboles, acequias, molinos, etc.
Ante tamaño desorden, muchos cristianos viejos y antes de la apropiación por parte de la Monarquía, habían trastocado los límites en su favor a costa de tierras y otros bienes moriscos. Como los abusos eran algo cotidiano, la Corona se apresuró a dictar la “Real Cédula de 24 de Febrero de 1.571”
“Y porque somos informados que con la rebelión y guerra que por esta razón ha habido en el dicho Reyno con haberse sacado los moriscos del, y quedando la tierra y lugares yermos y despoblados, los límites, linderos y mojones de las viñas, huertas, tierras y heredades y de los términos públicos de los dichos lugares que así se rebelaron, se han quitado y removido, y que están confusos, sin entenderse bien cuales eran, ni por donde iban, y que algunos de los cristianos viejos que tenían hacienda y bienes en alguno de los lugares, con esta ocasión, se han entrado en mucha parte de estas heredades de los moriscos, y puéstolo más adelante, y entrando y ocupando parte de las dichas heredades y términos….”.
“Y porque somos informados que con la rebelión y guerra que por esta razón ha habido en el dicho Reyno con haberse sacado los moriscos del, y quedando la tierra y lugares yermos y despoblados, los límites, linderos y mojones de las viñas, huertas, tierras y heredades y de los términos públicos de los dichos lugares que así se rebelaron, se han quitado y removido, y que están confusos, sin entenderse bien cuales eran, ni por donde iban, y que algunos de los cristianos viejos que tenían hacienda y bienes en alguno de los lugares, con esta ocasión, se han entrado en mucha parte de estas heredades de los moriscos, y puéstolo más adelante, y entrando y ocupando parte de las dichas heredades y términos….”.
En el caso de Olula, cuando el regidor es preguntado de si conoce o sabe algo de que los cristianos viejos se hayan apoderado de bienes moriscos, responde “que no lo sabe ni oydo dezir”.
Con motivo de un nuevo apeo eclesiástico, se cita por parte de los testigos declarantes el caso de Juan Hurtado de Mendoza, vecino de la ciudad de Purchena pero con tierras en Olula. Al acabar la rebelión de los moriscos aprovechó la situación para derribar la acequia y una fuente y desviar su curso a sus tierras, llevándose toda el agua usurpadamente, “sin que en ello se le ponga inpidimento, más de por no aver quien lo quiera defender”.
La codicia de los cristianos viejos y su rapacidad por los bienes moriscos se refleja en el LAR de Olula del Río. María de Aranda demuestra el desprecio a los valores de la civilización musulmana y la avaricia que no la detenía ni ante la usurpación del cementerio morisco:
“dixo que María de Aranda, biuda tiene e posehe además de lo suso dicho un bancal con çinco moreras que cabra de sembradura tres celemines, el dicho bancal dixo que era de moriscos (…..) e esta tierra que abia sido osario de los moros e cimenterio, que ahora no sabe como lo posehen….”.
L. Puche y J. Sánchez 2.014
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