LULA DEL RÍO
“El Museo Ibáñez de Melilla”

Este museo es una realidad gracias a la cesión gratuita a la Ciudad Autonómica de Melilla de una parte fundamental de la colección particular del almeriense, de Olula del Río, por un periodo de diez años.
Ubicado en el corazón de Melilla la Vieja, el Museo Ibáñez de Melilla se presenta al visitante como un viaje de doscientos años a través del Arte Español moderno y contemporáneo, con singular atención al Realismo Decimonónico, la Nueva Figuración y el Documentalismo Fotográfico; opciones artísticas de un discurso que arranca de la tradición y llega hasta el mundo contemporáneo con plena vigencia y actualidad.
La génesis de este museo se halla en las excelentes relaciones entre la Consejería de Cultura de Melilla y el artista almeriense Andrés García Ibáñez (Olula del Río, 1.971) tras la exposición de su serie pictórica “Retablos”, y que culminaron con la firma en 2.008 de un convenio entre ambas partes para el establecimiento en Melilla de una Pinacoteca. Este museo es una realidad gracias a la cesión gratuita a la Ciudad Autónoma de Melilla de una parte fundamental de la colección particular del almeriense de Olula del Río, por un periodo de diez años.
A lo largo de las seis salas se exhiben parte de la colección personal de García Ibáñez-núcleo fundamental de la pinacoteca- y una cuidada selección de obras pertenecientes al Patrimonio Artístico de Melilla. El visitante tendrá la posibilidad de conocer y disfrutar obras de los principales maestros de la Pintura, Escultura, Dibujo, Grabado y Fotografía españoles y entre ellos algunos artistas melillenses, desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días.
Esta pinacoteca está hermanada con la de Olula del Río “Museo Casa Ibáñez”, una de las instituciones culturales más significativas de Andalucía. Un museo, creado por él mismo Andrés García Ibáñez entre los años 1.996-2.004, que atesora una colección de Arte Español con más de 1.200 obras, desde Goya hasta la actualidad.
El lugar de exposición la, “Torre de la Vela”, es un vetusto inmueble, ocupado desde tiempos remotos, en cuyo interior quedaría enmascarada la antigua “enramadilla”, una pequeña capilla para el culto cristiano en cuyos sillares se pueden observar numerosas marcas de cantería que permiten datar la obra en el siglo XVI, que ha sido localizada durante las intervenciones de adecuación del edificio. Así mismo, en la primera planta, han sido recuperados los antiguos calabozos, vestigio histórico de más de doscientos años de antigüedad. Dos importantes elementos arqueológicos puestos ahora en valor, incluidos en el recorrido general del museo, que permiten al visitante acercarse al pasado remoto de Melilla.
JUAN Sánchez 2.014.