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Recopilado por Juan Sánchez.
El automóvil tuvo
su aparición en OLULA al comienzo de los
años 20 y el primero que llegó a la plaza de los Bancos, año 1.920 ó 1.921, sirvió para
transportar a Pepe Herrero, hijo del médico, que se había puesto enfermo en el
Colegio de Cuevas, donde cursaba estudios de Bachillerato.
Fue un espectáculo
dicha aparición, con su acompasado ritmo de repiqueteo en que se diferenciaba
cada explosión del motor. Alta carrocería con techo de lona y guardabarros
salido que servía de estribo; ruedas con gruesos radios: manivela colgada bajo
el radiador que servía para su puesta en marcha; rueda de repuesto adosada a la
trasera del vehículo, que también servía para que se engancharan los niños y
así gozar de un corto paseo. Bocina que
anunciaba su aproximación que permitía apartarse con suficiente tiempo para no
ser atropellado, porque estaba en relación la percepción del sonido con la
velocidad del coche.
En masa acudía
gran parte del pueblo a ver aquel prodigio de los inventos. Los chiquillos
corrían casi a la misma velocidad junto a tan rara máquina. Se admiraban como
héroes a los que lograban engancharse en su trasera para ser transportados unos
cientos de metros y desprenderse cuando se alejaba del pueblo, sin otras
consecuencias que algún que otro “batacazo”, pues, ni en carretera alcanzaba
velocidades superiores a los treinta o cuarenta kilómetros por hora.
El primer coche
–marca Ford – que se destinó a servicio público, lo tuvo en Olula Antonio
Sánchez Torres –“Antoñico”-. Para comprarlo tuvo que sufrir la dura crítica de
sus convecinos que le censuraban el haber tenido que vender su último bancal
para poder adquirirlo. Pero no se equivocó en el cambio pues, a expensas de un
trozo de tierra que no le iba a sacar de apuros, montó a trancas y barrancas su
modesto negocio de transporte público que, por lo menos, le rindió lo bastante
para sacar su casa adelante, a pesar de lo modesto de sus tarifas. Como dato orientador,
el viaje de ida y vuelta a la estación costaba dos pesetas.
Cuando Antonio
llegaba con el coche o abría su cochera situada en la Plaza de la Iglesia
(vieja), nunca se encontraba solo. Siempre se le veía realizando sus faenas
mecánicas rodeado de multitud de pequeños espectadores a los que, dada su
reconocida bondad, pretendía alejar si estridencias.
El transporte de
mercancías con camiones o camionetas movidas con motor de gasolina o gasoil, se
inició cuando ya finalizada la década de
los veinte, por lo que su desarrollo correspondió a los años treinta.
Todo esto ocurría
alrededor del año 1.925. Después otro coche de alquiler, y algún que otro
particular, completó el parque automovilístico de Olula al final de la década.
El primer coche
ligero lo adquirió D. Amador Martínez allá por el año 1.929. Era de la marca
Fiat, de módico precio, ocho mil pesetas. Le fue requisado por el Ejército de
la República y asignado a la dirigente comunista Lina Odena la cual tuvo un
trágico final. Un despiste de esta hizo que se introdujera en la retaguardia
del Ejército Nacional y antes de que la delatasen, se dirigió a la parte
trasera del coche y se disparó un tiro en la cabeza que originó su
instantáneamente su muerte.
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