Con la autorización de : Lucía García Peña (LUCHITA), hija del Maestro. |
Francisco García
Sánchez, laureado co la Cruz de Alfonso X
El Sabio, por dedicar su vida entera profesional llena de conocimientos
y ternura a la escuela Rural de Huitar-Olula del Río- (Almería). Diciembre de
1.991.
Medalla del Excmo.
Ayuntamiento de Enguera por su
dedicación en pro del Ajedrez en Enguera (Agosto de 1.983).
AGOSTO -1.903-1.992-1.993.
Va a hacer un año, padre,
que nos dejaste.
Aún te vemos vivo
mirando y acariciando con tus manos todas las cosas que tus ojos no podían ver
pero sí percibir, sentir y querer.
Hemos vuelto a
Enguera –que tú tanto querías- y donde has muerto como si quisieras con ello quedarte
allí para siempre con nosotros. En este pueblo donde teníamos tantos amigos
jóvenes y viejos, donde jugabas al
ajedrez en sus campeonatos y cuando ya no podías, alentabas a los jóvenes y a
los niños cuando venían a visitarte a la Casona para que lo siguieran haciendo.
Decía Manolo
Sarrión a su padre, “que hombres así no debían morir nunca” . Y en verdad
Manolo, no deberían morir nunca y de hecho no mueren. Está presente en nuestro
recuerdo, aunque físicamente sea un hecho irreversible para todos.
La gente del
pueblo, padre, me pregunta por ti. Fue todo tan rápido que muchos no se
enteraron y como no nos hacíamos el ánimo de volver a casa, donde quedó todo
como si no te hubieras ido, te estaban esperado……
Por eso hoy en la
Revista de las Fiestas del pueblo donde solemos escribir cosas que nos parecen
importantes cuento, para que se enteren todos, qué pasó, porque no vuelves
a Enguera, por qué no estás como siempre
con nosotros.
AGOSTO 1.930-1.992
¡Ha muerto el
MAESTRO! ¡Viva el MAESTRO! Así cantarían
los ángeles entre el voltear de campanas cuando el 22 de agosto de 1.992, subía
al cielo.
Fue el día de su
cumpleaños, el 15 de agosto, cuando nuestra madre Asunta del cielo quiso llevárselo con ella, para dejarnos el
consuelo de que hombres como él, no mueren nunca.
Cayó herido de
muerte por un infarto, pero su amor por nosotros, nuestros ruegos por tenerlo
un poco más, su entrenamiento en la lucha por la vida durante 89 años y el
poder de su lúcida inteligencia hasta el último instante, vencieron a la muerte
durante siete días y coincidencia para unos y providencia para los creyentes,
murió al sábado siguiente, cuando se corona la Virgen como Reina y Señora de
Cielo y Tierra.
Murió como había
vivido: entregado a todos sin regateos ni fisuras, entre los brazos de sus
hijas y con los cuidados constantes del personal clínico del Hospital LUIS
ALCAÑIZ de XATIVA, al que nunca agradeceremos bastante los cuidados permanentes
que le prodigaron. “ ! Qué gran mujer la doctora María José Ros ! Para que me
sienta como en casa me ha dicho, que le recuerdo a su suegro que se llama como
yo”…
Con mi brazo bajo
su cabeza expiró, sin una convulsión, con la mejor de sus sonrisas. Hasta el
último instante tuvo palabras de agradecimiento, de comprensión y generosidad
para todos, mientras recordaba, con “el maestro” puesto en acción y
aleccionaba….Recordaba a Huitar, a Olula, a sus alumnos. Agradecía a la gente
de Enguera la acogida generosa que le ofrecían y los campeonatos de ajedrez a
los que le invitaban sin ser de allí y la medalla con la que le
homenajearon…..y siempre volvía a Huitar
y a Olula. “!Qué homenaje, sin merecerlo, me ha ofrecido Eugenio Acosta, Alcalde Presidente de la Corporación
Municipal! ¡Pocos Ayuntamientos hacen esto en vida de sus gentes! ¡Pocos maestros han visto a sus alumnos más
importantes que ellos llamarle MAESTRO!....!Qué felicidad sin haberla
merecido”! Nunca creía merecer nada, solo sabía dar, y pedir unión y paz entre
todos los mortales, entre sus amigos, sus hijos, sus NIETOS. Estos fueron en
sus últimos instantes el motor que le mantenía vivo cuando ya no tenía vida.
Habréis de
perdonarme a todos porque os utilicé a cada uno de vosotros en la faceta que
más le interesaba para que no se nos fuera.
¡Tienes que vivir
papaico, tienes que vivir! La vida es hermosa .
Abrió los ojos, me miró con fijeza, iluminada aquella mirada tantos años
ciega y como recordando, parafraseó San
Francisco de Sales: “vivir, es trabajar para los hombres y descansar después
entre los ángeles”….Te faltó decir MAESTRO, trabajar y amar a los hombres….Pero
no, tú tan conocedor y cuidadoso en el uso de nuestra lengua, no pudiste omitir
el AMOR que fue la razón de tu vida y el punto de apoyo con el que creías se
podía mover el mundo.
Ahora que estás
junto al Padre, “en otras regiones, al otro lado del camino”, como solías
decir, sé que no descansarás hasta que no consigas un lugar para todos a tu
lado. Hazlo pronto y descansa en paz. Pero por favor déjame un rincón que
aunque no esté a tu lado todo el tiempo como me pasó en la tierra, tenga una
perspectiva por la que, en la continuidad de las eternidades, nunca te deje de
ver.
MAESTRO DE HUITAR,
me diste la vida física, nos infundiste la alegría de vivir para los demás, nos
enseñaste a comprender y a compartir, nos diste lecciones permanentes de
superación personal y humanidad. ¡Cuántas veces dirías que cuanto más alto es
el bambú más bajo se inclina!.....Creaste una Escuela trabajando sin descanso
en ella, nos hiciste HOMBRES con libertad, la integridad y la responsabilidad
que conlleva a serlo. Los niños de Huitar son hoy la prosperidad industrial de
Olula del Río.
Ciudadano del
mundo, pensador libre, creyente profundo, honrado insobornable, fiel a tus
ideas y a tus principios, caritativo y generoso siempre. Te entregaste a todos
por tan completo que a mí, tan egoísta tan sólo de tu presencia física, no me
perteneciste todo el tiempo que yo habría querido tenerte, aunque yo, padre y
MAESTRO sí te pertenezco, sí te pertenecí por entero.
Valencia-Enguera Agosto de 1.993.
Luchita (Lucía),
hoy es profesora jubilada. Los últimos años de docencia los dedicó a enseñar
niños enfermos del Hospital LA FE de
Valencia. Es hija de D. Francisco “Maestro de Huitar”
Es copia de
original autorizada. Se lo dedico a sus
antiguos alumnos tanto del padre como de la hija (También profesora) y en
especial a los de Huitar y Aguamarga.
GRACIAS.
Gracias por este recordatorio a mi abuelo que desde el 19 de marzo de 2014, es tambien válido para mi madre, pues ese día Luchita volvio a abrazar al "Maestro de Huitar" y a su madre Carmen Peña y su hermana Carmencita. Fernando Navarro.
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