OLULA DEL RÍO
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• BODAS DE SANGRE.
• Banquete: Hotel Restaurante “LA TEJERA”.
• Periódico “EL MUNDO” Suplemento. Javier M. de la Horra.

Manuel vestía traje gris. El Housin iba de azul marino. La ocasión lo merecía. Delante de los jueces, andaluz y marroquí, se disponían a sellar para siempre en una ceremonia íntima su amor ¿para toda la vida? Era sábado 15 de abril de 2.006.

Manuel, diplomado en Magisterio y asistente social. El Housin, sin profesión. Remataba así un noviazgo de tres años había tenido su inicio en la Cafetería Gonzálvez de Adra, en cuya calle, Natalio Rivas residía Manuel.

Tres años después, ni un día más ni un día menos el pueblo vivía sus bodas de sangre. Manuel, el feliz novio de aquel 15 de abril-“Estaba muy enamorado e ilusionado”, recuerda María Dolores, su amiga-, volvía al lugar de la ceremonia en un ataúd. Tenía 34 años. La tragedia tuvo lugar la víspera del aniversario, este martes 14 de abril, a pocos kilómetros de Adra, donde vivía la pareja homosexual.

El Housein le rebanó el cuello a su marido con un cuchillo de caza junto a la puerta de la casa de Manuel, quien había solicitado el divorcio. Se consumaba el primer asesinato de un matrimonio gay de España desde que, en 2.005, el Gobierno legalizó las uniones entre personas del mismo sexo. Un caso único y dos víctimas mortales. El presunto homicida, de 33 años, apareció ahorcado, tres horas después, en una zona de invernaderos cercana. Eran las seis de la tarde.

La historia de pasión y muerte entre los dos hombres comienza a escribirse en la primavera temprana de 2.006. El banquete de bodas se celebró de noche en la vecina localidad de Olula del Río (Manuel era de Alcudia de Monteagud). Manuel Latorre, empleado en el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Adra desde hacía 11 años, era para sus amigos bondadoso, educado y discreto. Lo tenía todo controlado, incluso el traje que luciría. Lo había encargado por Internet. Su sorpresa fue cuando se lo llevaron a casa dos días antes del enlace y comprobó que le habían enviado dos tallas menos que la suya y además no era la tela elegida por él. Recuerdan sus amigos que le habían llevado a casa un traje de seda y parecido a los de “carnaval”. Tuvo que irse a Zara y comprar un traje el mismo día de la boda.

Todos los amigos y familiares de Manuel acudieron a la boda. No así los de El Housin, natural del pueblo marroquí de Ouejda, al lado mismo de Argelia. No tuvo ni siquiera el calor de su hermana y hermano también residentes en Adra.

Manuel regaló un coche nuevo Chevrolet gris a su pareja y se dirigieron a la Costa brava de luna de miel. Se alojaron en un chalet propiedad de su primo, que dirige una importante cadena de perfumerías en Gerona. Hasta comieron en El Bulli, el famosísimo restaurante de Ferrán Adriá en Rosas.

Ya de vuelta en Adra, Manuel seguía desempeñando su trabajo como siempre, eficaz, constante, y muy eficiente. El Housin a penas si aguantaba una semana en los múltiples trabajos que por entonces se le ofrecían. Era egoista, vivía como un marqués a costa de su pareja. 

“Todas las semanas iba a El Ejido y compraba un cordero entero. Lo troceaba él mismo, lo cocinaba y lo comía. Manuel apenas probaba la carne”. Jamás le dijo a Manuel que antes de casarse con él, lo había estado con una mujer árabe residente también en Adra. Cuando Manuel se enteró, “quiso pensar que los rumores no eran ciertos pues su marido siempre se lo negaba, pero finalmente supo que esto era verdad. 

Además, la veía frecuentemente porque vivía al lado de su trabajo”, relata un compañero del Ayuntamiento.

Manuel le dejó después de darle muchas oportunidades y hacía unos meses que había iniciado los trámites de divorcio. Entonces, el árabe, le sometió a un “chantaje emocional”. Le amenazaba con suicidarse.

 Acosado y chantajeado temía que algo malo le fuera a pasar y por ello cada día algún compañero le acompañaba a casa después del trabajo.

Y así fue, el martes 14 de abril, dos compañeras llevaron a Manuel en coche hasta su portal. Quisieron acompañarle hasta el cuarto piso donde vivía, pero Manuel rehusó. “No os preocupéis”, y cuando se dispuso a abrir la puerta, ya con las llaves en la cerradura, El Housin apareció por detrás y le asestó a sangre fría una certera puñalada en el cuello y en otras partes del cuerpo (antes había sido carnicero en Francia). Manuel se desplomó sobre un charco de sangre. De nada sirvieron los cuidados intensivos del 061. De camino en la UVI móvil al Hospital de Poniente de El Ejido, el joven murió por un shock hipovolémico (pérdida masiva de sangre) y murió. Activado el dispositivo de búsqueda, tres horas después la Policía Local y la Guardia Civil encontraron a El Housin ahorcado en la pared de un invernadero en el paraje conocido como Barranco de Galindo. Dicen que poco antes de morir Manuel se preguntó si su boda no había sido una farsa.



P.D.- No es de mi agrado relatar sucesos de esta naturaleza. He reflexionado al respecto y el hecho de que este fuera el primer asesinato en España de una pareja homosexual; de que el protagonista fuera paisano de los Filabres y, de que su boda se celebrara en nuestro pueblo a altas horas de la noche, le dan un carisma de proximidad que nos deben hacer pensar que no estamos libres de encontrar en la vida personas como esta que lo único que quería era utilizar a otra “buena gente” como recurso para vivir a costa de ella sin dar un palo al agua e importarle nada sus sentimientos.



Juan Sánchez 2.014