OLULA DEL RÍO
Comarca
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• 1.829-1.832
• Viajes de Samuel Edward COOK.
• Macael y Purchena.
ALMERÍA VISTA POR LOS VIAJEROS.
INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENSES I.E.A.
Dice Cook: “Ascendí por el Almanzora. Pasamos por unos pueblecillos situados en los más bellos parajes. El camino era principalmente lugar de uno de los palacios favoritos de los Reyes Católicos de Granada.
Los pueblecillos más arriba están mejor construidos, pero no pude encontrar vino, aunque la región es famosa por ello (Cantoria?). Dimos alcance a una recua de burros y conociendo por boca del que los llevaba, que eran de Macael, como mi guía no conocía el camino, me uní a ellos, cruzamos el río por encima de Cantoria, a una legua por debajo de Purchena, y después de subir una montaña por una vereda (Candelaire) llegamos a Macael, un pueblo famoso desde el tiempo de los árabes por sus canteras de mármol para estatuas. Mandé por el maestre de canteras y como ya era tarde decidí dormir en Purchena y volver por la mañana.
Quedé con el maestre en que nos encontraríamos por la mañana y fuimos a Purchena, la cual estaba yo ansioso de ver. Al entrar al pueblo le pregunté a una vieja si había una posada: “Sí señor, hay una nueva hermosa” Hice los arreglos para dormir y pregunté qué podríamos tomar para cenar: “¿Habría cordero?” “Hush! Habrá”; “¿Vino?”, que es famoso. “-También habrá, pero no diga usted nada-” me recomendó el posadero. Y es que existía un monopolio por parte del Ayuntamiento habiendo que pagar impuestos por los artículos consumidos. Por la mañana pagué mi estancia, recogí el pasaporte, que ya estaba firmado, diciendo: “Vaya Vd. Con Dios”.
Purchena, de gran interés histórico por haber sido la residencia del Rey Chico (Boabdil) después de la Capitulación de Granada, se encontraba a los pies de la Sierra de los Filabres. El castillo, en ruinas, ocupaba un alto risco en la parte de atrás y debajo de él un caudaloso río Almanzora. El campo es maravilloso, todo cultivado a “mil primores”. El pueblo, que tenía siete mil casas en tiempo de los árabes, tiene ahora escasamente cuatrocientas. Su situación es de gran importancia, ya que domina el Valle del Almanzora y el mar al Sur, teniendo una comunicación fácil con Baza y con Lorca por Cuevas, así como dos trayectos de carretera a Almería y las minas de la Sierra de Filabres.
Yo intentaba al día siguiente cruzar directamente desde las canteras de Macael a Almería. Los mapas no servían; no había dos cálculos que estuvieran de acuerdo. Tuve que seguir mi propio plan y confiar en la probabilidad de encontrar un camino en la dirección que yo había planteado.
Por la mañana volví a Macael a recoger a Antonio Vicarro, el maestre de canteras, y un guía para que me pusieran en camino de Almería.
Las canteras se encuentran a una legua por encima del pueblo. El principal yacimiento de mármol se encuentra cerca de un bosque y está completamente vacío. Hay siete bloques, aparentemente destinados para bajos relieves, de unos siete pies de longitud, preparados para ser enviados a Londres; el primer pedido extranjero, yo creo, que ellos hayan recibido alguna vez. Otro gran bloque estaba preparado para ser cortado y que era para un suelo azul y blanco encargado por un convento de monjas de Murcia.
El defecto primordial es la falta de carretera (como siempre). Transportan bloques hasta el lecho del Almanzora y, desde allí, hasta un lugar cerca de la playa de Vera, donde son embarcados. El bloque aludido es el compañero de uno que se envió al final del Siglo pasado, antes de que comenzaran los problemas de España, el cual forma la magnífica tumba o monumento del arzobispo en la Capilla de San Miguel, en la Catedral de Granada. Es de unos doce pies de alto, en un solo bloque, aparentemente sin ninguna mancha. Se trasladó con enorme coste: el viaje hacia el río Almanzora, que es solamente de dos leguas, les llevó tres semanas, y hasta Baza otro tanto. El padre del maestre había ayudado en la operación, que se va trasmitiendo en la historia del lugar.
Los maravillosos bloques que dan nombre a las salas de “Las dos Hermanas” en la Alhambra, los cuales tienen doce o trece pies de largo, y todo el mármol blanco de ésta fue llevado desde aquí.
Las vistas desde la parte alta de este bloque son muy bonitas. El gran delta del Almanzora semeja un desierto libio, estando marcado el curso del río por una estrecha franja de verde intenso, la tierra entre el río y las montañas, que se encuentran al Este de éste, está erosionado por los torrentes, formando infinidad de montecillos, ofreciendo tal apariencia que motivó el que Bowles, el primero que visitó esta región, la comparó con las olas de una tempestad en el mar. Esta montaña pertenece a la comunidad, la cual tiene el derecho exclusivo de trabajarla, pero no poseen capital para extender sus explotaciones.
Juan Sánchez 2.014
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