OLULA DEL RÍO
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                                                                                                             “MEDIO  Y  ALTO  ALMANZORA:  SOBRE  NUESTRA  FAUNA"

• Almería: “Espacios del Interior”
• I.E.A y Diputación Provincial.

La escasez de manantiales en nuestras sierras ha determinado la presencia más o menos abundantes de riqueza faunística. En el pasado hubo gran cantidad de fuentes, especialmente en barrancos de las que ha manado agua hasta no hace mucho tiempo.
Han quedado entre nosotros algunos topónimos indicativos de la riqueza faunística en tiempos no tan lejanos: “Cerro de los Corzos” y “Barranco de Los Lobos” en Olula del Río; “Piedra Lobera” en Lúcar donde se refugiaban los últimos lobos de la provincia. Hay también referencias orales de un lince cazado en la Sierra de Oria a mediados del siglo XX. 
Más recientemente se ha detectado la presencia en la Sierra de Lúcar de cabras monteses y ciervos por la expansión de estas especies desde la Sierra de los Filabres. Ejemplares aislados de cabra montés cruzaron el río Almanzora y en 2.005 ya se pudieron ver pequeños grupos en lugares propicios como la Sierra de Lúcar, La Cerrada entre Urrácal y Olula o en los estrechos de Oria.
Otra especie de ungulado que está colonizando nuestros montes es el ciervo, principalmente la Sierra de los Filabres, Rambla del Higueral y en pinares al oeste de Lúcar, proceden de Sierra Morena y fueron introducidos e(Sn la Sierra de Baza.
Los ciervos existentes en la finca “Malacena” (Sierra de Oria) son más bien del tipo centroeuropeo: cuernas abiertas, con puntuaciones muy altas, inusuales en los ibéricos, cuellos peludos y gran alzada. Algunos sobrepasan el vallado, lo cual implica riesgo de mezcla cinegética.
En ocasiones se han detectado ejemplares de argüí, caprino de origen Norteafricano, también llamado “muflón del Atlas”, que fue introducido con fines cinegéticos en Sierra Espuña (Murcia) en el año 1.970 y que han conseguido expandirse llegando ya a las estribaciones de nuestras dos sierras. La Junta de Andalucía ha catalogado al argüí como una especie exótica invasora y trabaja con vistas a su erradicación de la Comunidad Autónoma.
Las ardillas no han querido entrar todavía en nuestras delimitaciones. Sí tenemos otros mamíferos representativos de la montaña mediterránea como garduñas, turones y tejones que evitan la proximidad humana, no así los zorros, que frecuentan los caminos en busca de oportunidades para llevarse algo a la boca.

Aún se mantiene el “gato montés”, en la Sierra de Filabres y en Lúcar encuentra un tapiz vegetal diverso con apartados pinares donde refugiarse y espacios abiertos donde alimentarse de ratones, conejos y otras pequeñas presas.
Más despacio aumenta la población de conejos, escasísima hace sólo unos años debido a las enfermedades de alta mortandad que les han afectado en las últimas décadas. Es importantísimo como base trófica para alimentar otras especies de interés. El jabalí se ha visto favorecido al aumentar sus lugares de cobijo debido al abandono de casas-cortijo y cultivos así como por la ausencia de depredadores.
La abundancia de simas también favorece la presencia de murciélagos cavernícolas. En la cueva de la Alquería se instalaron unos instrumentos de medidas sísmicas y las rejas colocadas para evitar su robo les impidió la entrada a uno de sus grandes cobijos.
Entre las aves, las águilas reaes y las águilas-azor perdiceras disponen de varias plataformas en los puntos menos accesibles de estas sierras, a las que se van mudando según los años. Los buitres leonados sobrevuelan a veces la Sierra de Lúcar, seguramente de excursión desde la Sierra de María. Las chovas piquirojas aprovechan las corrientes ascensionales sobre los cantiles para flotar en bandadas. Los aviones comunes y roqueros encuentran su sustento al vuelo en diversidad de cortados: Urrácal, Marchalico, Ver de Olula…
Los búhos reales habitan incluso en las semidesérticas lomas orientales. En verano podemos encontrar carracas y abejarucos, que excavan sus refugios en las trincheras talladas por las ramblas.
La perdiz roja, favorecida en su número con repoblaciones que suponen una amenaza a su originalidad genética, alimenta una extendida afición a la caza con reclamo. La paloma torcaz también es objetivo de los cazadores en algunos pasos obligados. Mientras que la paloma doméstica abunda en los núcleos urbanos hasta llegar a suponer un problema sanitario. La paloma bravía y la zurita son escasísimas en nuestro entorno territorial.
Jilgueros, verderones, lúganos, camachuelos, podrían ser más abundantes, pero la histórica captura ejerce una fuerte presión en los contados tramos de cauce en los que disponen de afloramientos de agua, arbolado y matorral donde refugiarse y alimentarse.
Como reptiles, tenemos lagartos ocelados y varias especies de culebras; también tenemos escasos ejemplares de tortuga mora.
La víbora es inexistente. En los contados puntos de agua se tenía constancia de la existencia del sapillo partero. Hace apenas un siglo se rgistró la presencia de salamandras (tiros) en la fuente de un cortijo en límite entre la provincia de Almería y Granada. Desde entonces no ha vuelto a ser observado este anfibio ni en estos parajes ni en el resto de la provincia. Ello se ha propiciado por la extrema disminución de las fuentes y creencias infundadas como el dicho “si te muerde el tiro, no duras un suspiro”.
Tenemos un ingente grupo de invertebrados, sólo vamos a hacer referencia a las chapas de Urrácal y a una especie de mariposa, “Iolana iolas”, de color azul metálico que, en fase de oruga, se come las semillas del espantalobos.
Considerada en peligro de desaparición por algunos autores, tiene en estas sierras una de sus escasas poblaciones, muy dependientes de los nfrutos de esta leguminosa.
Escojo estas fotos porque ambas especies están en peligro extremo de extinción.


Juan Sánchez FEBRERO-2.015