jueves, 9 de abril de 2015

"EL ESTANQUERO DE CANTORIA"

                                                             OLULA DEL RÍO
                                                                 Comarca

CANTORIA
                                        Anécdota: “EL ESTANQUERO PADILLA”
Resumen previo: Antiguamente para proveer de tabaco a los estancos de la Comarca, había que desplazarse a Tíjola. En este pueblo se encontraba situada “La Tercena” comarcal que era el almacén del Estado para vender tabaco al por mayor a los estanqueros de la zona. Cada estanquero se desplazaba con la regularidad necesaria a Tíjola para “hacer la saca” que es como se conocía el hecho de abastecerse de tabaco necesario para su estanco. Cada cual llegaba a la Tercena a cargar el tabaco utilizando el medio de transporte que ofrecía el lugar de procedencia de la Comarca. Generalmente solían utilizar caballerías las localidades que no tenían cerca el Ferrocarril (R.I.P.) y los pueblos afortunados se acercaban a Tíjola en el tren (Generalmente “El Frutero”). He aquí que nuestro estanquero de Cantoria cogió “El frutero” para subir a la Tercena a “hacer la saca” y abastecer el estanco cantoriano. Como el tiempo climatológico amenazaba lluvia, nuestro personaje, Joaquín Padilla, no olvidó echar el paraguas para evitar así un posible remojón de él y de su preciada mercancía.
No sabemos si en Tíjola tuvo que usar el objeto inventado para protegerse de la lluvia. Lo que si es cierto es que ya de vuelta, la moza Carmen esperaba en la estación con la burra para cargar el tabaco y entre las cajas había colocado el paraguas sin que Don Joaquín se apercibiese de ello. Marchó Carmen al estanco a depositar “La Saca” y D. Joaquín Padilla corrió raudo a poner un telegrama a la Tercena anunciando que su paraguas posiblemente se hubiera quedado en Tíjola y que si así fuera lo recogería en la próxima
“saca”.

Esta anécdota la cuenta en verso Enrique R. Urrea en la conocida revista cultural de Cantoria “PIEDRA YLLORA”

“EL ESTANQUERO PADILLA”
El estanquero Padilla,
fue a Tíjola a hacer “la saca”,
llevándose de su casa,
la consabida sombrilla.
Luego, al bajar “El Frutero”,
su sombrilla no encontraba
por que Carmen la llevaba
sin notarlo el estanquero.
La burra cargó Joaquín
con el tabaco adquirido,
como pilló un digustazo,
por el percance sufrido,
que no era baladí,
como podía parecer;
dio a la burra un estacazo
la burra empezó a correr.
Y subió en un santiamén.
Puso raudo un telegrama:
“BUSQUEN PARAGUAS PERDIDO”
¡¡¡Don Joaquín, se ha confundido!!!
-gritó su noble criada-
¡¡¡Que la sombrilla ha venido
porque venía camuflada!!!
Siguió escribiendo Joaquín
el cuerpo del telegrama.
Casi derrama el tintero
el tembloroso estanquero
por esa nueva anunciada:
“NO LO BUSQUEN, QUE ESTÁ AQUÍ
QUE EL PARAGUAS ESTÁ EN LA BURRA
Y YO AL PRONTO NO LO VI
HA SIDO UNA PESADILLA
SALUDOS JOAQUÍN PADILLA”
El Telegrafista exclama:
-Perdóneme Don Joaquín,
¿lo mando así el telegrama?
-Pues claro, querido amigo,
¿no ve que ya ha aparecido
dicho paraguas aquí?
-¿No pone usted algún STOP
después de la palabra VI?
-Si no lo cobra usted, póngalos.
-Esos STOP cobramos
cual signo de puntuación.
-Entonces no lo pongamos
porque costará un riñón.
-¿Qué dirá el de la “Tercena”
del texto contradictorio?
-¡Pues que diga lo que quiera,
lo que diga es aleatorio!
-Cálmese, señor Padilla
que está el becario “Gitano”
esperando en ventanilla
con bolígrafo en mano
para calcular la tasa
e ingresar su importe en caja.
Que dentro de una miejilla
una vez que sea abojado
su importe por ventanilla,
Tíjola se habrá enterado
de que está aquí su sombrilla.
-Eso es lo que se pretende
con el texto redactado,
que Tíjola quede enterado
de eso precisamente.
¡Que el que la lleva, la entiende!


Juan Sánchez-ABRIL-2.015

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