sábado, 2 de mayo de 2015

"ENIGMAS DE LOS FUEGOS DE LAROYA" Almería

                                                                OLULA DEL RÍO
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“ENIGMAS DE LOS FUEGOS DE LAROYA”



Tenéis una crónica en este mismo blog sobre “Los fuegos de Laroya”.
Hoy quiero exponer algunas características de aquel fenómeno que a día de hoy sigue siendo un expediente X no solucionado:
• Casi todos los objetos que ardían estaban situados a una cierta altura del suelo, aislados eléctricamente; objetos colgados en perchas, ropas en armarios…
• Cuando se iba a apagar un fuego con agua, éste tomaba más virulencia, como ocurre con fuegos producidos por combustibles. La mejor forma de apagarlos era cubriéndolos con mantas o jarapas e incluso, a veces, con la propias manos.
• Cuando volvió el silencio y nadie se acordaba ya de “los fuegos”. En el pueblo de Laroya comenzaron a encontrarse restos de petróleo. Según investigó la Guardia Civil, alguien había puesto estas manchas de petróleo para justificar todo lo que había sucedido. El truco demostró ser un fraude y no justificó el “misterio”.
• En el franquismo todo quedó oculto. Murieron varias personas. No hubo explicación alguna.
• Por el pueblo pasaron los más afamados investigadores de la época, dotados con toda clase de aparatos; los más avanzados, pero todo quedó en silencio político y administrativo.
• Todos los diarios españoles y muchos extranjeros se hicieron eco de lo sucedido, siempre mediatizado y a instancia de lo que interesaba a la dictadura.
• Una persona superviviente que vivió aquellos extraños fenómenos, aclaró muchos años después, ya en democracia:
“Los científicos no explicaron nada. Todos tuvimos la sensación, y más con el tiempo, de que se nos ocultaba algo” “No era normal que nadie nos diese una explicación, la Guardia Civil ordenó callar a todo el mundo. A veces nos llegaba algún periódico, y veíamos como ya se había dejado de hablar del asunto, pero aquí lo sufrimos durante dos meses más. Aquel fuego aparecía de día, de noche…con llamas azuladas que flotaban en las habitaciones. Había mucho miedo. Estábamos aterrados, se lo juro. Yo era tan sólo una niña, pero ¡como me acuerdo del sonido de las campanas tocando “a fuego” para avisar que ya había aparecido otro, y otro! Aún recuerdo a las personas quemadas, a las que se les prendió la ropa y estuvieron a punto de abrasarse vivas. Aquello era una cosa invisible. Casi todos creíamos que se venía encima el fin del mundo. Entiéndame… ¡Es que nadie nos explicaba nada!
Muchos aldeanos recordaban la tradición oral que hablaba de la maldición del moro Jamá que murió en esta villa perseguido por la Santa Inquisición y que antes de morir maldijo al pueblo y a sus gentes. ¿Tenía algo que ver este fenómeno con la maldición del moro? Un estudioso del proceso inquisitorial, Pedro Amorós se molestó en investigar libros y textos sobre la actuación de la Inquisición en la zona. Sólo halló un proceso del año 1.561 relacionado con este tipo de acusación y fue el del morisco Juan de Benavides que fue castigado:
“Porque está relajado y dixo que era señal de Mahoma y del Cielo y que aquella era la buena y mejor que la de la Cruz, enviose preso con secuestro de bienes”
Y a pesar de que el Santo Oficio en esa época y, sobre todo, en esta zona tan influida por la cultura musulmana sólo buscaba recaudación. Pudo ser muy probable que dicho personaje acabase relajado, es decir, quemado en algún lugar. También pudo ocurrir que tras llevárselo, jurase venganza y, aunque no se halla encontrado su nombre, no implica que no existiese, ya que muchas veces a estas personas se las conocía por los apodos, y quien sabe si éste podría ser el famoso moro Jamá…



Juan Sánchez-MAYO-2.015


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