viernes, 29 de enero de 2016

"AVENTURA DE BARTOLOMÉ EN LAROYA"

OLULA DEL RÍO
Comarca

LAROYA:
“BARTOLOMÉ GARCÍA RUIZ Y SU COLECCIÓN DE MINERALES”


ALBERCA9_CAP_11-2.pdf
Autor: Joaquín Gris Martínez
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Notas Biográficas: Bartolomé fue un vecino de Almendricos (Pedanía de Lorca) que ejerció toda su vida de Minero Industrial. Desde muy pequeño ya trabajaba en los almacenes familiares de ocre amarillo. Posteriormente se dedicó a buscar yacimientos mineros, registrarlos a su nombre en las Jefaturas Provinciales de Minas de Murcia y de Almería e intentar su explotación o cederlos a empresas arrendatarias.
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El trabajo de campo le llevó a recorrer todos los rincones de ambas provincias y así inició su gran sueño: Crear su propio museo de minerales en Almendricos.
En 2.010 y a sus 96 años consiguió que el ayuntamiento de Almendricos creará el museo soñado que llevara su nombre y donde se expusiera la inmensa cantidad de minerales que formaban su colección privada.
Se dejó ver en multitud de ocasiones por los montes de nuestra Comarca haciendo calicateos (tomar muestras de piedras y rocas), y entre tanto ir y venir (siempre en el tren), vivió experiencias curiosas y diversas.
Hoy contaré lo que le ocurrió en la primavera de 1.945 cuando se dirigía a Laroya para tomar unas muestras de oligisto micáceo en el paraje de Los Cerrones.
Fue el propio Bartolomé en primera persona quien nos lo contó:
“Creo que era por el mes de junio de 1.945 cuando me dirigía a Laroya para hacer unos calicateos y tomar unas muestras de oligisto micáceo. Me desplacé y fui andando desde Purchena, unos 7/8 kilómetros por una vereda montuosa como acceso único. Se me anocheció en el camino y cuando llegué a la era de la población, mi tío Pepe que llevaba allí varios días, me estaba esperando para pernoctar donde él se albergaba: una casa al final del poblado que en la puerta tenía un poco de terraza con muros como protección al desnivel de la sierra.
Me dijo mi tío con sigilo y con mucho secreto que se estaban produciendo unos fuegos misteriosos, pequeños, aislados y poco duraderos dentro de las casas de ese pueblo. Como siempre tenía muchos cuentos yo no le hice caso.
A la mañana siguiente nos abordó la Guardia Civil; preguntas y más preguntas y requerimiento de nuestra identificación con el “salvo conducto”… Ya nos dejaron continuar. Era temprano y observábamos corrillos de hombres y mujeres, cosa extraña, para la hora -------pensamos- Seguimos caminando hacia Los Cerrones y en el trayecto nos encontramos con otros números de la Guardia Civil que nos identificaron más a fondo y preguntaron qué conocíamos o sabíamos de “los fuegos”. Comenzamos a intrigarnos y acabadas las catas de oligisto en Los Cerrones, continuamos el camino de regreso a Purchena. Encontramos a algunas personas en el trayecto que nos hablaban de lo mismo. Al día siguiente tanto la prensa provincial como nacional comenzó a hacerse eco de la noticia y cada día más acusadamente se iban movilizando autoridades, técnicos, oficiales, periodistas de todas partes, etc. y durante varias semanas cada día la noticia se iba extendiendo con mayor difusión. Fueron unas semanas de verdadera intriga y merecería la pena revisar la prensa de aquellos tiempos para ver el alcance del misterioso fuego.
Laroya era por entonces un municipio de gentes sencillas, buenas y laboriosas en la cima de la Sierra de los Filabres a donde solo se podía acceder recorriendo unos 8 kilómetros desde Purchena por senderos y veredas inverosímiles.


P.D: Otra crónica ya publicada en este blog nos cuenta como Bartolomé fue retenido por los “maquis” en la Rambla Olula-Oria.


Juan Sánchez-ENERO-2.016

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