OLULA DEL RÍO
Comarca

“Marchar a las Andalucías” de Simón de Rojas Clemente.

• TÍTULO: “Almería hecha a mano”
• Fundación “CAJAMAR”
• Juan y Jesús García Latorre

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Simón de Rojas Clemente, valenciano. Nació en1.777 y murió en 1.827. Fue testigo de los logros, resultados y crisis final del proceso de crecimiento agrario y demográfico que había echado a andar tras la expulsión de los moriscos.
Recibió del gobierno español el encargo de hacer una “Historia Natural” del antiguo reino de Granada: plantas, animales, minerales y cultivos, así como la identificación de posibles recursos naturales sin explotar.
Simón de Rojas regresa de Inglaterra para afrontar su trabajo. Desembarca en Gibraltar donde compra un par de pistolas (precaución que no era ociosa) y se echa al campo provisto de brújulas, termómetros, barómetros y una cámara oscura con la que levantar dibujos y perfiles exactos de varias cordilleras andaluzas. Durante dos años recorre andando y a caballo, Málaga, Granada y Almería.
En nuestra provincia sus principales ocupaciones consistieron en estudiar la geología y los recursos mineros.
En todas partes recoge minerales, sube a las montañas, examina antiguas minas y escoriales, se descuelga en los pozos para estudiar los estratos geológicos, visita las fundiciones de hierro de Serón y Bacares, explora cuevas en la Sierra de los Filabres y toma notas continuamente.
Lo observa todo, lo comenta todo, lo anota todo: el habla popular, las tradiciones y supersticiones, el estado de la agricultura, las manufacturas y el comercio, la gastronomía, la salud y el aspecto de los habitantes. A cualquier tema que analiza aplica el mismo pensamiento rigurosamente racionalista.
Simón de Rojas no carecía de prejuicios ideológicos y de otro tipo. Era valenciano, el universo entero y la gente le parecían mejores cuanto más se alejaba de Sevilla y avanzaba hacia el Levante en su trabajo de campo. No sentía gran simpatía por los andaluces, entre los que no contaba a los almerienses.
Cuando, procedente de Baza, se adentra en el Valle del Almanzora reconoce en los pueblos -con sorpresa- la música y los juegos populares de su niñez: “En Serón -escribe- cantan ya mucho la jota”
Luego irá descubriendo que el paisaje, la Naturaleza, el habla y la gente son distintos de los que ha conocido en Andalucía: “Así -anota- en Vera ni Albox, ni Sierra de Filabres se pronuncia ya la h”. Intrigado indaga el origen de los colonos del siglo XVI en varios pueblos:
“Como los repobladores de Albox eran los mas valencianos y murcianos tienen sus sucesores voces de ellos”. No hay duda, esta gente “supersticiosísima” e ingenua pero sobria y laboriosa, es levantina.
Después de explorar la provincia -en una época en la que no existían regiones autónomas y los temas nacionales no estaban a la orden del día- piensa que el territorio almeriense debería unirse al antiguo reino de Murcia por las similitudes naturales y humanas que los vinculan:
“ya que sus relaciones con él (reino de Murcia), son tan íntimas, como escasas con la parte occidental…se lograrían las ventajas que deben resultar de reunir bajo un mismo gobierno los pueblos que naturalmente y por sus intereses, etc. conspiran o estrechan sus relaciones”.
Los almerienses, por su parte, desde el siglo XVII usan la expresión “marchar a las Andalucías” para referirse a cualquier desplazamiento que tenga como destino el valle del Guadalquivir, expresión que se ha seguido usando hasta el siglo XX (no se podría encontrar mejor declaración de “exterioridad” en relación con Andalucía). Nosotros todavía pudimos oírla en boca de nuestro abuelo Juan que, siendo un muchacho, marchaba con otros muchos jóvenes de su pueblo a trabajar en los cortijos de Córdoba y Sevilla durante la temporada de la siega.
En el pensamiento de la Ilustración hasta las percepciones estéticas del paisaje están dominadas por un acusado utilitarismo. La naturaleza salvaje es contemplada, con frecuencia, como una realidad inquietante y hostil que sólo llega a ser verdaderamente bella cuando es sojuzgada, ordenada y aprovechada por el hombre. Las preocupaciones conservacionistas no estaban ausentes en los ilustrados, pero representaban una corriente minoritaria.



Juan Sánchez-NOVIEMBRE-2.015