sábado, 27 de diciembre de 2014

"NAVIDAD AÑOS 20"

                                                        OLULA DEL RÍO
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                                                        “LA NAVIDAD, AÑOS 20”

• Del libro “La vida en Olula del Río en los años 20.
• AUTOR: Don Francisco Jiménez Cásquet.


HABLA EN PRIMERA PERSONA:
Quiero hacer la descripción del ambiente de nuestro pueblo en las vísperas de Navidad allá por los años 20. Lejos del despilfarro de hoy en día, no dejaba por ello de propiciar un aspecto de alegría en todos los habitantes de Olula. El consumo estaba limitado a los mantecados, empanadas y rosquillas de elaboración casera que, a pesar de su modestia, nos sabían a gloria. Las celebraciones religiosas y la vuelta de los miembros de las familias para pasar unidos aquellas fechas, daba una tonalidad de colorido al ambiente diferencial de esas fechas que no lo tenían otros días de fiesta.

Llegábamos los estudiantes de vacaciones y las fiestas se iniciaban con la celebración de un novenario previo al Día de Navidad. Estas misas llamadas “Misas de Gozo” empezaban en la madrugada del día 16 de diciembre y terminaban con la celebración de “La Misa de Gallo” a las 12 de la noche del día 24.

Aquellas “Misas de Gozo” requerían la presencia de un coro e improvisadas orquestas que entonaran los “villancicos” y otros cantos religiosos específicos para estas misas. Recuerdo algunos miembros de aquellas orquestas con gran cariño. La guitarra la manejaba con maestría “El Chirista”, Bautista “El de la Posada” accionaba la pandereta y los platillos que repicaba “El Chaparro”. A estos instrumentos se les sumaban zambombas y carracas que manejaban los propios componentes del coro. Todo sumado, formaba un grato conjunto, que merecía los elogios y una alegría propia de las fiestas que se aproximaban.

El sabor de aquellas madrugadas -la Misa se celebraba cuando todavía era de noche- y se completaba con la degustación de un mantecado y una copa de aguardiente, con lo que nos solían invitar, después del acto religioso, en alguna de las casas de los componentes del coro.

                                                            “LA NOCHE BUENA”
Se celebraba en la intimidad de la familia. No era de extrañar que abundaran los cantos de villancicos por las calles protagonizados por los gitanos, que eran muy propicios a la celebración de las Navidades. Después, la asistencia a la “Misa de Gallo” donde se repetía la actuación del coro que amenizaba “Las Misas de Gozo”.

Los días siguientes reflejaban ambiente de fiesta, los mozos, en nutridos grupos, solían jugar a la “chapas” en la era empedrada que había situada donde hoy está el edificio del Banco Popular. Por la noche se prodigaban las reuniones de la juventud. En la víspera de “Año Nuevo” se solía jugar a “echar los años”. El juego consistía en poner los nombres de los solteros y de las solteras que estaban en estado de merecer, en papeletas separadas por sexo. Se extraía el nombre de uno y otra para ver con el que salía emparejado. Se mezclaban nombres de viejos solteros o viudas. Cuando salía el nombre de “Julián Terreras” ninguna de las mozas, a quiénes producía cierta hilaridad, querían fuese su pareja.

Cuando estaban formadas las parejas, se extraía de otro recipiente el regalo que se les hacía. Generalmente se consignaba en verso y con reflejo de alguna particularidad que pudiera hacer todavía más cómica la reunión. Transcribo aquí un ejemplo:

“Aunque muy manoseado
y por muchos hombres visto,
toma el culo de mi chacha
que está pa pegarle un mixto”.

Todo ello reflejaba la parquedad de las distracciones de entonces que, por muy ingenuas
que resulten, a los protagonistas de la época nos daban ocasión de pasar unas Navidades felices.
Y después, los Reyes Magos, que dada la penuria de los tiempos, no nos regalaban nada más que caramelos u otras golosinas similares, sin que por ello se careciera de la ilusión que hoy se prodiga con juguetes de alto valor.


Juan Sánchez 2.014

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