OLULA DEL RÍO
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OLULA del RÍO:
“SECRECIONES HUMANAS QUE CURAN”

• Datos del folklore médico almeriense recopilados a lo largo de cuarenta años por el Médico de Olula del Río José Antonio García Ramos.


Afirma José Antonio que según la tradición almeriense en la medicina popular que ciertos productos o secreciones del hombre son curativos: la saliva, la sangre, la leche, la orina, el sudor…según Checa –Molina (1.997).
Se describen las prácticas sobre la curación de las verrugas en Albox. Un paciente afecto de unas verrugas en las rodillas y en las manos acude a la curandera que con una simple inspección asegura que son verrugas. El diagnóstico es positivo: el curandero procede durante un cuarto de hora aproximadamente a efectuar masajes con los dedos mojados en su propia saliva, sobre la parte afecta. Así se sanaría. No obstante asegura que son muy gordas y están muy arraigadas. Por eso difíciles de curar. Las trata con oraciones y aplicando saliva en ayunas nueve mañanas seguidas. Esta curandera, que suele curar por las tardes hace venir al enfermo nueve mañanas seguidas porque la saliva es en ayunas. Al cabo de una semana, las verrugas comienzan a secarse. Cuando están secas la misma curandera recomienda un fármaco antiverrugas. La saliva en ayunas del curandero sobre la lesión aparte su poder antiséptico tiene un poder simbólico. El mismo efecto puede tener la propia saliva del enfermo aplicada con el dedo sobre la verruga durante nueve días seguidos pero aplicada por la curandera.
Es la gracia de la curandera que la aplica, la que confiere poder al mismo, a su propia saliva. Pero esto ha de indicarlo la curandera.
Saliva en ayunas: para las llagas de la piel nueve mañanas seguidas (Albox 4.004). Cruces con saliva para manos “agarrotás” o con calambres.
La sangre como elemento de curación se emplea fundamentalmente en forma de sangre menstrual, para la picadura de escorpión y para las verrugas. También forma parte de ciertos bebedizos amorosos. La sangre menstrual de connotación contaminante, sería un tóxico para neutralizar a otro tóxico: el veneno del alacrán. (Checa; Francisco; Molina; Pedro: La función simbólica de los ritos. Rituales y simbolismo en el Mediterráneo. Barcelona, 1.997).
Un “dedalito” de leche de mujer lactante es “cosa santa” para el dolor de oídos de los niños (Laroya).
Para igual fin, la leche de cabra (Albox) y la leche de perra (Líjar).
Para la mujer que quiere que se le retire la leche ha de ordeñarse en un vasillo y tirar la leche al sol, tres veces al día y tres días seguidos (Tahal)
La orina se usa como antiséptico para las heridas de los humanos y de las caballerías (Olula del Río). Aplicada sobre las verrugas las cura. La orina se emplea en la medicina popular de Vasconia, para las afecciones de la piel en general y para las heridas en particular. En la Segunda Guerra Mundial se recomendaba a los soldados, polvos de urea o soluciones concentradas de la misma, para curar las heridas.
El sudor: cuando una mujer casada sufre de urticaria aguda debe ponerse vestida completamente con la ropa “sudá” de su marido (se afirma que si es de otro hombre no tendría efecto). Estamos por tanto, ante otro testimonio de transferencia o “trasplantío morbis” de un mal, al compañero sexual.
A quién le de “el aire” o el olor porque alguien ponga delante alguna prenda con menstruo de mujer o productos de placenta (“las parias”), así como uñas, puede traerle malas consecuencias. A quién esto huela, puede sobrevenirle o bien enfermedades o “una mala muerte”.



Juan Sánchez-AGOSTO-2.015